Oliverio 

Este es un fragmento de uno de los capítulos que forma parte del libro Zapatos Rojos de Charol. 

  No es la reseña del libro , este es un capítulo que se encuentrea en la mitad de la novela. Lo elegí porque me gusta.

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Oliverio.

Me dijeron que convertir la fiesta de Agustín en un baile de disfraces fue idea de mi hermana. Puede ser, una vez cada cien años Olivia tiene alguna buena idea.

Y estaba bien fundamentalmente porque mi mamá es modista y durante mucho tiempo trabajó como vestuarista en un teatro, de modo que en casa abundan los disfraces.

Una semana antes de la fiesta, mi hermana vino con sus amigas a probarse los trajes. Yo no estaba presente porque ese día tuve clases de guitarra, pero lo supe porque el jueves a la tarde mi mamá le preguntó.

-¿Y Oli? ¿Encontraron por fin lo que buscaban?

-Si -dijo ella -.Inés irá de holandesa, Gema de princesa, Maga y yo. . .

-¡Ya sé! No me digas -intervine-. ¡De brujas!

Olivia sonrió. -¿Como adivinaste? Iremos vestidas de hechiceras.

Como ven, es imposible hacerle una broma a mi hermana, desde chiquita fue rara, pero con el tiempo fue empeorando.

La muy maldita sabía que me había ganado porque se quedó sonriendo. Pero luego me dio la oportunidad de vengarme porque puso cara de niña buena y se dirigió a mi mama.

-Mami, quería pedirte un favor..

-Sí, ya te he dicho que haré los arreglos de tu disfraz y el de tus amigas.

-Pero además de eso..., es algo especial: ¿cuando venga Vanesa a alquilar un traje.-hizo pausa porque dudó en seguir hablando delante mío, pero luego se decidió- ¿Podrías darle alguno defectuoso? ¿O arreglarlo mal?

-¡Pero cómo se te ocurre! -le dijo mi mamá.

No intervine, no podía creer que ella, doña "siempre hay que defender la justicia", quisiera hacer algo tan infantil.

-Porque se lo merece, es una maldita, se la pasa fastidiando a todo el mundo. Mami -rogó con cara compungida- ¡Por favor!

-Olivia, ni loca me involucro en los asuntos de ustedes- contestó mi mamá.

Mi hermana no se dio por vencida y la siguió hacia el fondo de la casa, -Ma... por favor..., por lo menos escúchame. ¡te contaré todo lo que nos hizo!

Oí sus ruegos y las negativas de mi mama por el pasillo. No debe haber conseguido nada, porque cuando regresó estaba de muy mal humor.

-¿Qué ocurre? -le pregunté -¿Tienes miedo que Vanesa luzca mejor que tu?

Olivia me miró con furia: -¡Esfúmate!-

-Ah ¿sí? ¿Qué sucedería si Vanesa llegara a enterarse de lo que planeabas?

-¡No irás a contarle! -Mi hermana abrió los ojos enormes: -¡No harías eso!

-Mmm. . . -respondí-, no veo por qué no.

Olivia suspiró y como suele leer muchas novelas policiales me miró con aire grave y preguntó:-¿Cuánto vale tu silencio?

Me quedé callado, sonreí disfrutando de mi triunfo, pero lo cierto es que no tenía la menor idea de qué ventajas podría obtener. Barajé algunas posibilidades, por ejemplo, que ella hiciera mi tarea de literatura durante esta semana. No estaría mal, pero justo en ese momento sonó la alarma de mi celular.

¡Tenía ensayo con la banda! Lo había olvidado por completo, y si no me daba prisa, llegaría tardísimo -.Olivia, -le pedí- ¿puedes ocuparte de elegir mi disfraz?

-¿Ese es el precio? -mi hermana preguntó con desconfianza.

Yo sabía que estaba desperdiciando una oportunidad única de librarme de la tarea de literatura por esa semana, pero lo cierto es que iba a tener ensayos hasta poco antes de la fiesta y no tendría tiempo, ni ganas, de elegir un buen disfraz.

-Sí -dije tomando mi guitarra, las llaves y el celular que estaba casi sin batería. ¡Otra vez había olvidado cargarlo!

-¿Y de qué quieres ir?

-No sé Oli, me da igual! ¡Porfa! ¿le avisas a los chicos que ya salgo? Y a mamá.

-No te preocupes, ya le aviso a Diego ¡y tengo el traje perfecto para tí!. - escuché cuando cerraba la puerta de calle.

Con algunos compañeros de la escuela formamos una banda: Nicolás toca la guitarra, Julio la batería, Diego toca el bajo y se ocupa de los arreglos electrónicos y yo soy la voz del grupo.

Estamos practicando para hacer algunos temas en la fiesta de Agustin Andrade. Esta ocasión es muy importante para todos, pero en particular para mí, por un motivo muy, MUY especial.

-¿Agustín tiene un amplificador?-preguntó Nicolás

-Sí- contestó Julio y luego a su vez preguntó-¿quiénes irán?

Como cualquiera sabe esa pregunta solo quería decir una cosa: "¿Qué chicas irán?"

-Todas las chicas de séptimo y octavo año- contesté.

Diego me miró: -Nos avisó tu hermana que llegabas más tarde y, este..., ¿ella vendrá contigo?

-¡Claro! No tengo más remedio -respondí un poco molesto. ¿No será que le gusta mi hermana? Pero sin esperanzas porque ella es tan rara, ni idea de quien le puede atraer. .. ¿El profesor de matemáticas? ¡Vaya uno a saber!

Estuvimos ensayando hasta que por fin sonamos bien.

El mismo sábado a las seis terminamos de hacer todo. - Nos vemos luego-dijo Diego- ¿De qué te vas a disfrazar?-me preguntó.

-No sé-respondí. ¡Faltaban dos horas para ir a la fiesta y caí en la cuenta de que no tenía la menor de lo que me pondría!

-Olivia-pregunté al llegar a casa- ¿Elegiste mi ropa?

-Sí, claro. Elegí un disfraz perfecto para ti, refleja con exactitud tu personalidad.

Me dio un traje bastante raro, con una peluca espantosa.

-¿Qué es esto? ¿De qué se supone que iré?

-De espantapájaros -dijo con una de sus sonrisas.

"Muy graciosa" pensé, pero para no darle gusto le comenté:

-No está mal. Podría haber sido peor., pero . .. -contemplé los rizos que se había hecho la noche anterior -La peluca la llevas tú. -y se la planté en la cabeza.

-¡Mama! -gritó como si fuera una niñita.

-Si pelean ninguno de los dos irá- dijo mi mamá desde la cocina con este tono de voz que usaba a veces.

Apenas llegamos fuimos directo al escenario a prepararnos para tocar. Yo estaba particularmente nervioso, no por cantar en público (bueno, un poco también por eso!) sino por algo mucho más importante... ¿Habría hecho bien?, de todos modos ya no tenía tiempo de echarme atrás, así que sólo quedaba seguir adelante con mi plan.

Cuando todo estuvo listo, el animador nos presentó.

Desde el escenario pude ver que todas las chicas nos miraban. También noté que ELLA nos estaba prestando toda su atención.

Cuando terminamos de tocar escuchamos los aplausos de todos. Bajé del escenario completamente decidido, no sé si era la música que me otorgaba esa seguridad, pero había perdido el miedo de que me rechazaran. La busqué con la mirada y de pronto la vi entre la gente, -Ahora o nunca -me dije y avancé.

Pero justo en ese momento... ¡Vi que Olivia se le acercaba!  ¡Mi hermana siempre tan inoportuna! Ya se va Bueno ahora sí, me planto delante y le pregunto si le gustó la última canción. "Si", responderá ella y entonces yo... En ese momento, el chico que me tapaba la visión se retiró y pude ver que ella estaba conversando muy animadamente con....

Sentí que todo se derrumbaba. ¡Estaba perdido! ¡Imposible competir con semejante rival! Se reían. ¿Como puede estar tan a gusto con ese tonto? Olivia siempre dice: "Es guapo pero tonto" ¡Daría cualquier cosa porque ella se pareciese a mi hermana! (¡nunca creí que fuera a desear esto!),

En ese momento él se fue y, de pronto alguien me empujó y quedamos frente a frente.

"¡Me sonríe! ¡Vamos Oliverio háblale! Pero yo me quedé mudo, inmóvil como una estúpida estatua de piedra frente a ella, que me miraba. Por fin abrí la boca para articular una palabra y justo en ese momento se apagaron las luces y escuchamos la voz del animador que anunció -¡Llegó la hora del terror!- la pantalla del salón se iluminó y el animador continuó: -Veremos "Noches de espanto. "

"¡Noooo!" pensé a los gritos. "¡Quedé como un tonto!"

Y lo peor es que ya nunca volveré a reunir el valor necesario para hablarle.

Mientras tanto todos, incluso ella, se acomodaron para disfrutar de la película. Nada que hacer, me senté como pude y me dispuse a mirar. En momentos como estos me daría una trompada, ¡dejé pasar la única oportunidad que..." En ese momento vi algo extraño, ella se había puesto de pie y se dirigió al jardín. Estaba leyendo ¿Será posible que? ¡Por todos los cielos! ¡lo está leyendo ahora!

Me incorporé y salí.


¿Cómo comienza y cómo sigue esta historia? ¡Quiero el libro!

En México

En la FIL

Historias desde casa en Guadalajara en el stand F17

Historias desde casa es un libro difícil de reseñar y no porque sea un libro difícil de leer, todo lo contrario, es un libro ameno, de fácil lectura, con historias tiernas, descabelladas algunas, hilarantes otras y con un denominador común: todas las historias están contadas desde la experiencia del encierro que padecimos la humanidad entera allá por ese extraño y demoledor 2020. Historias desde casa fue premiada por #Alija como "Mejor antología 2020 - 2021". Y antología es lo que más se aproxima si debemos etiquetarlo en algún género aunque no se ajuste del todo al concepto. Son diez historias escritas por diferentes autores y hasta ahí coincide la etiqueta, pero se sale del molde en un punto esencial que convierte a este libro en una obra única: Cada historia está basada en la historia anterior y cada una de ellas debía ser escrita con sus personajes, que se repiten a lo largo de la obra, transitando el encierro (después de todo y como bien lo describe el título, de eso se trata). Un libro difícil de reseñar, porque es casi imposible hablar solo del contenido sin hablar del proceso de creación ya que el contenido es producto directo del proceso. En cuanto al proceso, todos esperaron el puntapié inicial que estuvo a cargo de Márgara Averbach con su historia "Dormir en el patio". Un juego de postas a cargo de los autores. En cuanto al contenido podemos decir que las diez historias logran finalmente describir un lapso determinado de tiempo en la vida de un puñado de personas que comparten una calle de un barrio que podría ser cualquiera. Vecinos que a pesar del encierro conviven e interactúan de diferentes maneras. En #historiasdesdecasa hay romance y conflictos, música y silencio. Hay pájaros, perros y gatos. Son diez historias que finalmente conforman una sola. Un libro de ficción testimonial, si se permite esta nueva etiqueta, porque sin dudas refleja un momento histórico y sin precedentes que tuvimos que transitar de la mejor manera posible. Es un documento del que participaron diez escritores, diez ilustradores y un cuerpo editorial y técnico, cada uno desde su encierro, lo que le brinda a este libro una perceptible e indudable honestidad"

Quiero recibir el libro en mi casa

En la feria del libro de Guadalajara